La logística y el transporte han anticipado tradicionalmente el comportamiento de los ciclos económicos. Así, antes de una crisis se ha registrado cierta caída en los indicadores del sector del transporte y la logística, mientras que los repuntes en los mismos, han permitido en ocasiones pronosticar la salida de la misma.
Esto es debido a que se trata de un sector sensible a pequeñas variaciones en el consumo. Pensemos, por ejemplo, en el caso de los hogares españoles. Para que un hogar tenga el abastecimiento correcto de los bienes que adquiere la familia, debe haberse realizado toda una cadena de procesos relacionados con la logística y el transporte. Almacenaje, manipulación y etiquetado, entre otros, serían los considerados dentro del campo de la logística y los movimientos de la carga constituirían los relacionados con el transporte.
Para que se den todos estos procesos, es inevitable que el sector se adapte a la demanda y esté colocado un paso antes de la misma ya que, si bien en la actualidad se desarrollan modelos logísticos que evolucionan el concepto del “Just In Time”, lo cierto es que el aprovisionamiento depende directamente de la demanda que lo genera.
Debe tenerse también muy presente que el ámbito de la logística y el transporte no se circunscribe únicamente a España, sino que se trata de un sector muy condicionado por el comercio internacional y, por tanto, que no depende exclusivamente, como otros, de la demanda interna, algo que en principio supone que se trata de un sector más estable en el tiempo.
En España, los datos invitan a un optimismo moderado si se estudian los principales indicadores. Según el Banco Mundial, la evolución del consumo de los hogares españoles ha sufrido en el periodo 2001-2014 importantes desequilibrios. Tras años sucesivos en el que el consumo se fue reduciendo paulatinamente desde 2001, se alcanzó en el periodo 2008 – 2010 el punto más bajo. A partir de ese momento, el consumo de los hogares ha ido creciendo paulatinamente y, salvo una pequeña caída registrada en 2013, parece que la tendencia es creciente y se mantendrá durante los próximos ejercicios.
Según el principio de dependencia del consumo, parece evidente que el crecimiento del mismo supondrá más pedidos, más transacciones electrónicas y, consecuentemente, mayor necesidad de servicios logísticos y de transporte. Estudiando las inversiones públicas en infraestructuras, puede apreciarse que se ha producido una importante reducción de los volúmenes de inversión desde 2010. La retracción en las inversiones provocada por el ajuste presupuestario general, parece no ir en la línea de las necesidades de un sector que debería experimentar un crecimiento debido al aumento del consumo de los hogares. Según el informe anual sobre transportes e infraestructuras del Ministerio de Fomento, en su edición de 2014, el modo de transporte que ha acusado más esa tendencia a la baja ha sido el ferroviario, aunque la tendencia general de todos los modos de transporte, ha sido a la baja.
Respecto a la utilización de las infraestructuras de transporte, es importante destacar que sí parece tener cierta correlación con el aumento de consumo de los hogares. La EPTMC, Encuesta Permanente del Transporte de Mercancías por Carretera, aporta datos que ponen de relieve una caída sostenida acumulada, de un 26% desde el año 2007. En 2014, la utilización de carreteras se redujo tanto para mercancías como para particulares respecto a 2013, correspondiéndose este dato con la ligera reducción del consumo en ese año que, aun continuando con una tendencia creciente, supuso una pequeña contracción del mismo.
El transporte de mercancías en España se caracteriza por ser, en gran medida, nacional (70,9% en 2013). Dentro del ámbito nacional, en toneladas gestionadas, el modo de transporte más importante es la carretera (72,8%), seguido del modo marítimo (25,7%), ferrocarril (1,5%) y aéreo (0,04%). Revisando las cifras del transporte doméstico, vemos que el denominado “puerta a puerta”, registra caídas en el periodo 2007-2013, de hasta un 57% en valor acumulado.
Sin embargo, a diferencia de otras actividades del sector servicios, el subsector de almacenamiento y actividades anexas al transporte empezó a registrar tasas de ocupación superiores a la media y sigue una tendencia creciente desde ese año. Además, según Eurostat, desde la segunda mitad de 2013 el precio del transporte en España ha crecido menos que el Índice General del IPC y que la media europea.
Es posible que se trate de un indicador que llama a un optimismo moderado puesto que las previsiones de evolución de los indicadores más importantes son halagüeñas. Sin embargo, será una vez más la empírica y la evolución de las series históricas las que validarán la tesis tradicionalmente aceptada de que el sector del transporte y la logística van un paso por delante del ciclo económico general.
Artículo Original publicado en Cinco Días
Iván Roa es Coordinador del máster en Logística y Comercio Internacional de la Universitat Abat Oliba CEU e ILI Logística Internacional