Cuando un profesional de la logística se enfrenta al reto de externalizar parte de sus operaciones logísticas (por ejemplo sus operaciones de almacenaje) ,lo primero que suele suceder es que posiblemente sea la primera vez que lo realiza, y que la única cosa que tenga clara es que si no sale bien … las consecuencias sean como mínimo complicadas para él.
Externalizar significa que un tercero va a hacer el trabajo por ti, y que debería hacerlo porque tiene mejor coste, mejor nivel de servicio, mejor calidad, más flexibilidad o más capacidad. Los motivos para externalizar son múltiples y variados y cada empresa tiene que analizar previamente porque lo quiere hacer y qué ventajas va a obtener . Normalmente son decisiones que vienen definidas por la dirección de la empresa, y es importante que así sea, ya que si no está implicada existe un riesgo alto. La externalización tiene que formar parte de la estrategia de la propia empresa.
Cuando externalizamos hemos de considerarlo un proyecto en el que tenemos unas fases muy definidas: Análisis Previo, Preparación, Implementación, Operación y Finalización. Tener una visión global desde el primer momento, nos ayudará a identificar posibles riesgos y a anticiparnos.
Otro aspecto importante, es que cada fase del proyecto es importante ya que es fácil cometer errores. Una externalización puede implicar a muchas áreas de la empresa: Recursos Humanos, Producción, Compras, Comercial, Finanzas, Área Legal, Tecnologías de la Información y por supuesto Logística. Gestionarlas adecuadamente es un reto !!!
La externalización es una herramienta más que tienen los responsables logísticos para ayudar a la empresa a conseguir sus objetivos. Bien gestionada y planteada aportará mucho valor, pero no es un proceso exento de riegos.